No existe eso que llaman “hoteles decentes”. Existen hoteles baratos y hoteles caros.
Hoy, en el hotel caro en el que estoy alojado, entró al restaurante un tÃo cuarentón con calva en la coronilla, flaco y menos agraciado que yo. Lo acompañaba como invitada una bella mujer tan joven que podrÃa ser su hija y que vestÃa una minifalda tan corta que la prohibirÃan en cualquier oficina. Era deducible que apenas se conocÃan y era evidente la urgencia del tÃo por acabar la cena y llevársela a su cuarto.
Los mozos se hicieron los cojudos con la llamativa invitada del huésped y la dejaron ingresar al interior del hotel. Unos verdaderos profesionales.
Hoy, en el hotel caro en el que estoy alojado, entró al restaurante un tÃo cuarentón con calva en la coronilla, flaco y menos agraciado que yo. Lo acompañaba como invitada una bella mujer tan joven que podrÃa ser su hija y que vestÃa una minifalda tan corta que la prohibirÃan en cualquier oficina. Era deducible que apenas se conocÃan y era evidente la urgencia del tÃo por acabar la cena y llevársela a su cuarto.
Los mozos se hicieron los cojudos con la llamativa invitada del huésped y la dejaron ingresar al interior del hotel. Unos verdaderos profesionales.