Unos traficantes de tierra venden terrenos sobre los que no se puede construir viviendas, pues pasan unas peligrosas tuberÃas de gas debajo de ellos. Gente humilde compra los terrenos y se entera de que su soñada casa jamás se hará realidad. Reclaman a los traficantes, estos dicen que no es cierto y que reclamen al Estado; van a Osinergmin, estos les confirman la prohibición y les dicen que hablen con la empresa de gas; la empresa dice que ellos advirtieron a los dirigentes/traficantes de las restricciones de construcción y que reclamen el dinero que pagaron por el terreno.
Los traficantes/dirigentes tienen matones a su servicio y no hacen devoluciones. La gente humilde será desalojada en unos meses.
8 de octubre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario